domingo, 17 de enero de 2010

Primeras impresiones


"[...] La música que oímos crea esquemas para géneros y formas musicales hasta cuando sólo oímos de un modo pasivo y no intentamos analizar la música. Sabemos desde una edad temprana cuáles son las medidas aceptadas por la música de nuestra cultura. Para muchos, lo que nos guste y lo que no nos guste en el futuro será consecuencia de los tipos de esquemas cognitivos formados con la música que oímos durante la infancia. No quiero decir con esto que la música que escuchamos de niños vaya a determinar necesariamente nuestros gustos musicales durante el resto de la vida; muchas personas están expuestas a música de estilos y culturas diferentes, o los estudian, y se aculturan a ellos, aprendiendo también sus esquemas. La cuestión es que esa temprana exposición suele ser la más profunda, y se convierte en el fundamento de nuestra futura visión de la música."

(Tu cerebro y la música. Daniel J. Levitin)

Me entrego sin condición alguna

"Es insólito que nos entreguemos a un absoluto desconocido de ese modo, en una posición tan vulnerable. La mayoría de nosotros tenemos algún tipo de protección que nos impide soltar cada pensamiento y cada sentimiento que nos asalta. Cuando alguien nos pregunta: "¿Qué tal te va?", decimos: "Bien", aunque estemos tristes por una pelea que acabamos de tener en casa, o tengamos una pequeña molestia física. Mi abuelo solía decir que la definición de un pelma es alguien que cuando le preguntas: "¿Cómo estás?" te lo explica de verdad. Hay algunas cosas que simplemente mantenemos ocultas, incluso con los amigos íntimos (por ejemplo problemas relacionados con la digestión o con los intestinos, o sentimientos de inseguridad personal). Una de las razones de que estemos dispuestos a adoptar esa posición tan vulnerable con nuestros músicos favoritos es que se nos presentan ellos también a menudo como vulnerables, o transmiten vulnerabilidad a través de su arte ( y no importa a esos efectos si son realmente vulnerables o se limitan a representarlo artísticamente).

[...] Las preferencias comienzan con la exposición y cada uno de nosotros tiene su propio cociente de "aventurerismo" sobre cuánto estamos dispuestos a alejarnos en un momento dado de nuestra zona de seguridad musical. Algunos somos más aficionados a experimentar que otros en todos los aspectos de la vida, incluída la música, y podemos hacerlo o evitarlo en diversos períodos de nuestra vida."

(Tu cerebro y la música. Daniel J. Levitin)

sábado, 16 de enero de 2010

Una de test

He aquí un par de test que encontré tratando de informarme sobre el OA (oído absoluto)
Como ejercicios para mejorar la afinación y la concentración los considero interesantes.

http://www.tonometric.com/

viernes, 15 de enero de 2010

Oído absoluto


"[...] ¿Por qué es tan raro el oído absoluto (OA)? La gente con OA puede nombrar las notas con la misma facilidad con que la mayoría de nosotros nombramos los colores. Si le tocas a alguien con OA un do sostenido al piano, puede decir que es un do sostenido. La mayoría de la gente no puede hacer eso, por supuesto..., ni siquiera lo pueden hacer la mayoría de los músicos, salvo que vean qué dedos utilizas. La mayoría de los que tienen OA pueden también identificar la altura de tono de otros sonidos, como las bocinas de los coches, el ronroneo de las luces fluorescentes y el tintineo de los cubiertos en el plato durante la comida. [...] Podemos nombrar instantáneamente un color sólo con mirarlo. ¿Por qué no podemos nombrar los sonidos sólo con escucharlos?

La mayoría podemos identificar sonidos con ta poco esfuerzo como identificamos colores; lo que sucede es simplemente que no es el tono lo que identificamos, sino el timbre. Podemos decir de inmediato de un sonido: "esto es la bocina de un coche", o "Ésa es mi abuela Sadie que tiene catarro, o "eso es una trompeta". Podemos identificar color tonal, pero no altura de tono. Aun así, queda sin resolver el problema de por qué algunas personas tienen OA y otras no."

(Tu cerebro y la música. Daniel J. Levitin)