"Ser oído implicaba tener que escuchar al otro. Y hacerlo, además, atentamente. Y para que sonara bien, debíamos confiar los unos en los otros. Una atención inspirada contribuye a una interpretación inspirada. [...] En el jazz el tiempo es tu amigo, y cuando encuentras tu propio seing, o el tiempo swing en cualquier actividad colectiva, el tiempo ciertamente vuela. Pero es un vuelo que deseas emprender. Y, cuando estás volandom te das cuenta de que el vuelo es el destino en sí. Eso es lo mejor del swing.[...]"
(Sobre el swing en el jazz. Cómo la música puede cambiar tu vida. Wynton Marsalis y Geoffre C. Ward)
domingo, 30 de mayo de 2010
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