martes, 21 de abril de 2009

Oliver Sacks "Musicofilia"

Oliver Sacks es un médico especializado en neurología clínica y psiquiatría de gran prestigio. Ha escrito numerosos libros fascinantes sobre gente con verdaderas patología extremas y como gracias a la plasticidad del cerebro se han adaptado a ellas de una forma u otra con resultados excepcionales.
Ahora ha escrito un libro llamado "Musicofilia" realmente interesante por el tema que nos toca. Como introducción, basta una cita a modo de historia para reflejar lo imprescindible de la información:

"Mi amigo Gerry Marks creció sin oír prácticamente música. Sus padres jamás iban a conciertos y rara vez escuchaban música en la radio; en su casa no había instrumentos ni libros sobre música. Gerry no sabía qué decir cuando sus compañeros de clase hablaban de músican, y se preguntaba por qué les interesaba tanto. "tenía el oído de un pedrusco", evocaba. "Era incapaz de entonar una melodía, no sabía si los demás afinaban al cantar, y no distinguía una nota de otra". A Gerry, que era un niño precoz, le apasionaba la astronomía, y parecía encaminado a una vida dedicada a la ciencia..., sin música.
Pero cuando tenía catorce años le fascinó la acústica, sobre todo la física de las cuerdas al vibrar. Leyó sobre el tema he hizo experimentos en el laboratorio de la escuela, pero cada vez más ansiaba tener un instrumento de cuerda propio. Sus padres le regalaron una guitarra para su decimoquinto aniversario, y ponto aprendió a tocar solo. Los sonidos de la guitarra y la sensación de pulsar las cuerdas le entusiasmaban, y aprendió deprisa. A los diecisiete quedó tercero en un concurso de talentos musicales del último curso del instituto. (Su compañero de instituto Stephen Jay Gould, una persona muy musical desde la infancia, fue el segundo). Gerry escogió música como asignatura principal en la universidad, donde se ganaba la vida dando clases de guitarra y banjo. Esta pasión por la música ha sido fundamental en su vida desde entonces.
No obstante, la naturaleza impone límites. Poseer tono absoluto, por ejemplo, depende enormemente de una temprana preparación musical, pero esta preparación, por sí sola, no garantiza el tono absoluto."