martes, 12 de mayo de 2009

Musicophilia 2ª parte


Oliver Sacks nos habla también de la "Amusia" o disarmonía que consiste en que la persona puede escuchar música y percibir algo desagradable como si un montón de cacharros se precipitasen al suelo armando un gran estruendo. Es comprensible que en estos casos la persona carezca de interés alguno hacia la música.

Otro asunto fascinante es el tono absoluto:
"La gente que posee tono absoluto puede decir la nota de cualquier sonido de manera inmediata, sin pensar, sin reflexionar ni compararlo con un patrón externo. Pueden hacerlo no sólo con cualquier nota que oigan, sino con cualquier nota que imaginen en sus oídos".

Por último, y a modo de invitación a la lectura total de este libro, citaré un fragmento que aborda el tema de la psicopatía y la música que tanta polémica levantó apartir de uno de mis primeros artículos para este blog:

"En 1995, una terapeuta me habló de un paciente suyo, un "psicópata" al que había obsevado atentamente durante cinco años, y de la relación de éste con la música:

Como sabe, (los psicópatas) son grandes embaucadores cuyo rasgo más sobresaliente es la falta de emoción. Estudian a la gente normal y son capaces de ofrecer una simulación exacta de una emoción a fin de sobrevivir entre nosotros, pero el sentimiento está ausente. No hay lealtad, ni amor, ni empatía, ni miedo..., ninfuno de esos intangibles que componen nuestro mundo interior(...)
Mi psicópata era también un compositor y músico de talento. Nunca había estudiado de manera convencional, aunque era capaz de coger cualquier instrumento y tocarlo, y de dominarlo en uno o dos años. Le regalé un estudio de música electrónica para que pudiera componer. Rápidamente aprendió cómo funcionaba el equipo y comenzó a producir cintas con sus propias composiciones (...) La música parecía brotar de él prefectamente acabada. Tras oír su primera cinta escribí: "Viva y fresca, rebosante de energía en estado puro; dulce, poderosa y apasionada; intelectual pero mística; llena de sorpresas." (...) Cuando dejé de verlo, se me pasó por la cabeza que hubiera fingido las emociones en su música (...) aunque renía la profunda intuición de que el sentimiento de su música era aunténtico (...) de que la música era la única manera de expresar emoción, y de que su música contenía toda la pureza y profundidad de una emoción de la que carecía completamente el resto de su persona (...)
Se compró un saxofón, y al cabo de un año tocaba prefesionalmente en clubs populares de esta ciudad, y luego se fue a su amada Europa y se puso a tocar en la calle a cambio de unas monedas mientras elabora sus planes para defraudar a gente inocente y confiada. En alguna parte, en alguna esquina anónima de Praga, Zurich, Atenas o Amsterdam, la gente pasa junto a un saxofonista solitario que toca con mucho sentimiento, y no sospechan que se trata del hombre que yo llamo "el mayor compositor americano vivo", ni que es un peligroso psicópata."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchacho eres un visionario: MUSICA NEGRA; OLIVER SACKS Y REDES.
Adelante hermano, la revolución está aquí.
MUY GUAPO EL BLOG.
Musica, musica y musica: pero sobre todo negra!