domingo, 11 de mayo de 2008

Sobre Storyville (pocos años más tarde)

“En 1897, la alcaldía de la ciudad tomó una nueva medida que tendría un profundo efecto sobre la música de la ciudad. El ayuntamiento impuso el traslado de todas las prostitutas de la ciudad a un sector de treinta y ocho cuadras que en adelante sería conocido como Storyville, el legendario barrio de mala nota de Nueva Orleáns”

“En Storyville trabajaban músicos negros y criollos (“Black and Tan”)”

“La atmósfera del lugar ha sido descrita así:

Los años noventa del siglo pasado fueron particularmente duros para las clases medias y populares de Nueva Orleáns. Los jóvenes criollos de color, cuyos padres habían luchado durante dos generaciones para salir adelante, buscaban la estabilidad económica allí donde ésta se encontrara. En Storyville, por ejemplo. En muchos casos, la paga era escasa, pero aún así era digna de ser tenida en consideración. Había jóvenes criollos como Sydney Bechet que trabajaban en el distrito sin que sus orgullosos padres lo supieran, pues para muchos criollos de color un empleo como músico en Storyville era fuente de gran desprestigio social entre su comunidad.

A Jelly Roll Morton, su abuela le expulsó de casa con quince años por tocar en Storyville. La abuela de Morton amaba la música, pero tenía por balas perdidas a quienes trabajaban en dicho barrio y no quería que Morton fuera una mala influencia para sus hermanas.

Con todo, muchos de los negros puros no le hacían ascos a tocar en un burdel, pues allí tenían ocasión de interpretar la música que amaban y cobrar dinero por ello”

(“La historia del jazz clásico” por Frank Tirro)

Cuando cito este tipo de información, desearía que todo el mundo pudiera sentir la belleza que percibo en ello.

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