domingo, 9 de marzo de 2008

Viajar, escuchar y comprender

Cuando viajo a un lugar que no conozco, o que no visito periódicamente, podría enumerar una gran lista de sensaciones y observaciones difentes a las habituales.
Escribo esto porque me imagino el caso de la gente que se ha montado en este viaje (en autobús), desde París, y que nunca han visitado España. Seguro que si están despiertos ahora van mirando por la ventana sintiendo cosas nuevas o evocando recuerdos que creían olvidados. La radio que suena en el autocar, con locutores hablando en español, les lamará su atención, al igual que la tele...
Pequeños detalles en la comunicación de la gente, o el volumen general en el tono de la voz.
Los españoles utilizamos al hablar un volumen bastante elevado. Los franceses hablan de forma más suave y uniforme. Los de habla inglesa creo que adquieren al hablar un tono de voz bastante nasal, pero sin estridencias.
Los franceses que hablan español lo hacen de una gorma muy correcta en lo referente a pronunciación. Me resultó curioso observar que debido a su suavidad a la hora de comunicarse, dan una impresión de "feminidad". Necesité un par de experiencias a la hora de hablar con gente, para no llevarme a error.
Los ingleses que hablan español,, por lo general, no pueden evitar arrastrar un "deje" al expresarse, que les delata. Supongo que los españoles que hablamos inglés también pecamos de cierta brusquedad.

(extraído de mis "cuadernos trascendentales")

¿y que tiene que ver ésto con la música?

Bueno lo cierto es que de aquí vamos a deducir que, al contrario de lo que pasa con las lenguas habladas o escritas, en la música todo el mundo se comunica sin ninguna dificultad puesto que las reglas son las mismas...
Puede que el castellano y el inglés compartan el mismo abecedario (a excepción de la "ñ" española o la "&" anglosajona) pero dos personas que hablen cada una en su propia lengua únicamente van a tener serias dificultades a la hora de comunicarse...

En la música sucede algo diferente. Bueno, a lo largo de todo el planeta podemos distinguir entre infinidad de estilos musicales propios (cada vez más fusionados gracias a todas las redes de comunicación aceleradas de un tiempo hacia aquí), pero todos son analizables bajo el mismo lenguaje.
Quizás en la tradición europea clásica operemos sobre patrones diatónicos o cromáticos y en la India emplean escalas a base de microtonos (la mitad de un semi-tono), pero eso es algo que podemos comprender perfectamente y modularlo, fusionarlo y reinventarlo de la forma en que seamos capaces sin que la integridad del lenguaje musical se vea distorsionado.

No nos engañemos, pués, realmente nada dejado al azar tendrá un impacto emocinal sobre el ejecutante u oyente a menos que conozca el lenguaje y lo moldee de la forma más creativa en que sea capaz.

1 comentario:

Gabriel dijo...

Más que la estructura teórica del lenguaje, es la percepción de esa estructura, una de nuestras habilidades innatas menos valoradas. Con un poco de atención, y la destreza necesaria, podemos imitar cualquier estilo. Por eso hay músicos "de oído" que pueden ser ¡fabulosos!