miércoles, 28 de octubre de 2009

La creatividad en los niños 3ª parte.


"Uno de los mayores asesinos de la creatividad, no obstante, es más sutil y se halla tan profundamente arraigado en nuestra cultura que apenas si lo reconocemos. Tiene que ver con el tiempo.
Si la motivación intrínseca es una clave de la creatividad del niño, el elemento crucial para cultivarla es el tiempo: tiempo ilimitado para que el niño saboree y explore una actividad o un material en particular hasta hacerse dueño de él. Tal vez uno de los mayores crímenes que cometen los adultos contra la creatividad del niño sea el de robar ese tiempo a los niños.
Los niños, más naturalmente que los adultos, entran en ese estado último de creatividad llamado "flujo", en el cual la absorción total puede engendrar picos de placer y creatividad. En el estado de flujo el tiempo no importa; existe sólo el momento atemporal inmediato. Es un estado que resulta más cómodo a los niños que a los adultos, que son más conscientes del paso del tiempo.
Lamentablemente, los niños son interrumpidos, arrancados de su profunda concentración; su deseo de trabajar en algo hasta llegar al fondo resulta frustrado.
Es terriblemente frustrante que te interrumpan cuando estás en medio del proceso. Pero vivimos de una manera muy apresurada, de modo que una y otra vez se interrumpe a los niños en medio de cosas que les encanta hacer. Se les dan plazos, horarios. No existe tiempo para que se relajen a su propio ritmo.

La destreza -una de las metas esenciales de la infancia- se adquiere mediante las acciones repetidas una y otra vez. Esto significa practicar los pequeños pasos del camino, sin preocuparse por obtener resultados. Mantener ilimitadas las actividades del niño permite a éste hacer lo mismo una y otra vez en una variedad de formas diferentes y así perfeccionar aquello que se proponga hacer.
La repetición no sólo perfecciona la habilidad, sino que permite al niño sentir: "esta actividad es mía, es parte de mí·. Y a la larga eso puede ser más importante para la creatividad que la simple destreza técnica, pues le permite enamorarse de la actividad.

Placer, no presión

La creatividad florece cuando las cosas se hacen por placer. Cuando los niños aprenden una forma creativa, la protección de la alegría es tan importante-si no más- como "hacerlo bien". Lo que importa es el placer, no la perfección.

"Nunca legarás a nada"

Benny Golson, músico y compositor de jazz, recuerda que se dedicó con pasión a la música desde una edad muy temprana, casi con exclusión de otras cosas: "ni siquiera tenía pasatiempos. No hacía las cosas que hacían mis amigos de la infancia, porque estaba en casa tratando de aprender esto que se llama música. Recuerdo que una vez vino a verme un amigo, y yo estaba ocupado practicando. Él quería que hiciera otra cosa, y yo quería practicar.
"Cuando se marchó hizo un comentario muy desalentador -recuerda Golson-; dijo que de todos modos yo no iba a llegar a nada, ¿entonces por qué perdía el tiempo? Pero él no sabía que yo "tenía" que hacerlo"

2 comentarios:

sergio dijo...

muy interesante, ¿que libro estas leyendo?

Unknown dijo...

Hola Sergio. Sí es cierto que se me olvidó citar la fuente. El libro es "El espíritu creativo". Daniel Goleman con otros dos que no me acuerdo ahora, pero supongo que con eso vale.